«Tenemos que cuidar nuestra internet como nuestro propio cuerpo». Leonard Kleinrock (1934) fue uno de los creadores de Arpanet, el proyecto que dio lugar a Internet, allá por 1969. Está en Madrid para recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información, y en una entrevista con ABC repasa los pros y los contras de la tecnología creada por él.
Leonard Kleinrock, en 1969, con el primer Interface Message Processor. Fuente: Wikipedia.
El científico cree que el posible problema de que la infraestructura de la Red no absorba los datos que se generan no será técnico, «sino económico, y habrá que ver si se cobrará al cliente para tener acceso a todos estos recursos de manera justa». También se muestra partidario de la neutralidad de la Red.
«Cuando era estudiante estaba rodeado de ordenadores», recuerda. «Y, en algún momento, percibí que en el futuro tendrían que comunicarse entre ellos. Eso sí, nunca pensé que en esa red pudieran estar mi madre y mis nietos al mismo tiempo. La idea de las redes sociales nunca se me ocurrió. Yo lo concebía como ordenadores hablando entre sí y de personas a ordenadores, pero nunca como una conexión entre personas», reconoce.
Kleinrock cree que Internet «está en su adolescencia. Aún tiene un comportamiento errático, desobediente, pero, claro, son años de pasárselo bien. Tiene tiempo para madurar. Podrá convertirse en un adulto responsable o, por contra, podría transformarse en un ser malvado y criminal. Creo que va a seguir evolucionando en ambas direcciones a la vez». Puede ocurrir, reconoce, que las organizaciones «se desconecten de internet y empiecen a crear sus propias redes privadas para poder controlar la seguridad y los datos de las personas. Podemos llegar a una especie de red fragmentada sin conexión con la red gratuita y para todos».
Preguntado por qué sistemas de seguridad pueden aplicarse, Kleinrock menciona «el cifrado homomórfico, que permite encriptar los archivos y los programas, transmitirlos sin decodificarlos. De esta manera, aunque se roben esos datos nadie va a poder leerlos».
La privacidad en Internet «es una causa perdida», a su juicio. Como aspecto positivo, señala que una persona «perteneciente a un país subdesarrollado puede tener voz, hablar directamente al mundo. La moneda tiene dos caras».
«Tenemos que cuidar nuestra internet como si fuera nuestro cuerpo. Y no abusar de ella dado que requiere de una responsabilidad importante, tanto personal como corporativa».
