El catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada, Francisco Herrera Triguero, asegura que España está perdiendo competitividad, por la falta de inversión en investigación, lo que está provocando que los jóvenes formados en las universidades españolas desarrollen “su creatividad en el extranjero, ya que difícilmente van tener oportunidad de venir aquí a crear una empresa”. Herrera fue homenajeado la semana pasada por la Universidad de Jaén.

Francisco Herrera firma en el libro de honor de la UJA. Fuente: UJA.
El homenaje a Herrera se engloba en el Proyecto Natural de Jaén, puesto que es nacido en el municipio jiennense de Jódar. El rector de la UJA, Manuel Parras, recordó que Herrera es considerado uno de los 48 científicos españoles más influyentes en el mundo, en el ámbito de la informática y de la ingeniería.
Herrera, informa la nota de prensa de la UJA, es Premio Nacional de Informática, concedido por la Sociedad Científica Informática de España, por sus excelentes aportaciones científicas en las áreas de Soft Computing y Minería de Datos, que han supuesto un alto impacto en la comunidad científica, y por el impulso de las actividades de investigación en este área en España.
El homenajeado explicó que el Soft Computing o la Inteligencia Computacional “es un área de la inteligencia artificial, que intenta imitar a la naturaleza y al razonamiento humano para resolver problemas. Utiliza las metáforas biológicas para desarrollar sistemas inteligentes y las aplicaciones son inmensas”.
Puso como ejemplo los sistemas automáticos de conducción automática, “sistemas basados en reglas lingüísticas que modelan el razonamiento humano -cómo un conductor haría los distintos giros de volante o tomaría las decisiones para aparcar-, e igualmente utilizan técnicas de aprender a partir de modelos y de experiencias con redes neuronales”, apuntó.
Sus estudios tienen aplicación en la automoción, en la electrónica, en los electrodomésticos, y para extraer conocimiento de una serie de datos, como un proyecto que acaba de finalizar, en el cual expone que a partir de extraer datos de las flores que tienen las plantas “podemos diseñar un sistema que intente predecir la producción que va a tener de fruto un invernadero en X semanas, en función de los tiempos de maduración, lo cual puede permitir planificar las ventas del producto”.
Herrera hizo hincapié en que los sistemas de inteligencia artificial están constantemente en la vida del ser humano. «Convivimos con ellos sin ser conscientes y está diseñados para hacer la vida más confortable. El control de las máquinas es humano, el diseño se hace con unas reglas determinadas para hacer unas actuaciones concretas”, dijo.
El dinero del I+D
Herrera habló de las consecuencias que ya comienzan a ponerse de manifiesto en España, a raíz del descenso de las inversiones en investigación. Aseguró que el primer problema es que se necesita dinero “para comprar infraestructuras, que son de un nivel alto, y para personal joven en los laboratorios”. Con este último viene el segundo problema, que es que “si no hay financiación, no hay becas, ni contratos, ni proyectos, con lo cual, el número de doctorandos jóvenes es menor y nuestro nivel científico va a bajar, porque no tenemos personas con las que desarrollar grandes proyectos, lo que nos lleva a perder competitividad”.
El siguiente problema, señaló, es que de los «jóvenes brillantes que formamos, pocos pueden desarrollar sus creatividad en España”. En este sentido, afirmó que sus últimos cinco doctorandos españoles están trabajando en universidades y empresas extranjeras. “Yo creo que estos jóvenes deben de irse fuera y tener experiencia en el extranjero. Pero hay un problema: es muy difícil que le demos una oportunidad para que regresen a España. Los hemos formado con unos costes inmensos y su creatividad se va a quedar en el extranjero, al servicio de otros países. Los jóvenes que trabajan en empresas difícilmente van tener oportunidad de venir aquí a crear una empresa, y eso que están haciendo en el extranjero no pueden hacerlo en España para que el producto sea español”, lamentó.
Esa pérdida de competitividad será cada vez mayor, si se tiene en cuenta a las universidades norteamericanas, “que tienen una financiación tremenda, porque tienen un modelo de financiación externo con fundaciones”, subrayó.