Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Informática

Alicia Asín: «No les estamos contando toda la verdad a las chicas»

Alicia Asín - Foto: La Voz de Galicia

Alicia Asín es experta en Inteligencia Artificial y «smart city» y una de las ingenieras más prometedoras y reputadas de España.

Es una de las ingenieras más prometedoras y reputadas de España. Alicia Asín (Zaragoza, 1982), cofundadora de la empresa tecnológica Libelium galardonada en el 2018 con el premio Mujeres Innovadoras de la UE, participó como ponente en el evento Cruce de Caminos 2019.

-¿Por qué hay tan pocas mujeres en carreras tecnológicas (STEM)? Entre un 10 y un 15 % en Ingeniería Informática.

-No hay referentes de mujeres que hayan triunfado ingenieras, por ejemplo. Hay que empezar a actuar en los colegios. En Aragón tenemos proyectos como Una ingeniera en cada cole. Recorren las escuelas de primaria y cuentan su experiencia. Las niñas tienen un referente y ellos van normalizando que, el día de mañana, su jefa puede ser una mujer.

-¿Con eso llega?

-Hay que divulgar sobre las distintas salidas. No les estamos contando toda la verdad a las chicas de qué es una ingeniería.

-¿Y qué es?

-Te imaginas que un ingeniero está toda la vida sentado en una mesa haciendo cálculos. Puedes llevar una carrera investigadora en la universidad, pero también gestionar un departamento de I+D+i en una empresa.

-A punto de comenzar el 2020, ¿pesan los tópicos?

-No podemos hablar de apetencias. A veces me dicen: «¿Donde está el drama? Cada uno que haga lo que más le guste». Las niñas se van autoprogramando a sí mismas según lo que piensan que la sociedad espera de ellas.

-¿Puede crecer más la brecha?

-Las personas que se excluyan y se alejen de este sector van a mermar sus posibilidades de mejora profesional y, por lo tanto, de acceder a puestos mejor remunerados. Por tanto, sí, se agravará a un más la brecha de género.

-Sin tecnología, no hay futuro.

-Si yo dijera, «no voy a aprender inglés porque no lo necesito en mí día a día», todo el mundo me diría que estoy loca. Esto mismo lo tenemos que aplicar a la tecnología. Es el nuevo lenguaje.

-¿Hará el mundo mejor?

-Es una herramienta que existe por y para mejorar la calidad de vida de las personas.

-Ponga un ejemplo.

-Una ORA azul con sensores inteligentes mejora la calidad de vida de los ciudadanos, ahorran años de vida buscando aparcamiento; beneficia al medio ambiente, hay menos emisiones, y, por último, a la economía. Ahorramos gasolina y los municipios maximizan sus plazas.

-¿Esto son las «smart city»?

-Las smart city nos van a permitir juzgar el rendimiento de nuestros políticos con hechos objetivos. Si conviene o no hacer peatonal una calle. Nos instalan en una cultura de «datocracia». En la lucha contra el cambio climático no hay que hablar de ideologías, sino de soluciones técnicas.

-¿También es útil aquí la Inteligencia Artificial?

-El Internet de las cosas puede ser una herramienta efectiva con los objetivos de desarrollo sostenible. Empodera a sectores que no tenían estas oportunidades. En Libelium desarrollamos sensores inalámbricos para el campo. Miden recursos hídricos o riesgo de plagas.

-¿Las Humanidades dónde quedan?

-Vivimos mayores retos éticos y legales relacionados con la tecnología: la privacidad, los sesgos de género o de raza en los algoritmos… Hay una evolución de los perfiles. No se buscan solo tecnólogos, sino personas que tengan un pensamiento crítico.

-¿Nos vigila un Gran Hermano?

-Tenemos que ser conscientes de qué hacemos con nuestros datos, pero también es cierto que la inmensa mayoría de la información que venden y recopilan los generadores de datos personales solo tiene sentido a nivel macro. No interesa tanto lo que Pepito Pérez vota el día 10, sino la tendencia de su barrio.

-Por último, ¿qué le dice a los que temen por su trabajo?

-Es cierto que la demanda cambia y los trabajos más repetitivos serán los más vulnerables, pero la tecnología siempre creó más puestos de los que destruyó.

Fuente: La Voz de Galicia