David Carvajal, licenciado en Ingeniería Técnica Informática de Sistemas en la Universidad Politécnica de Madrid y diseñador de videojuegos, defiende en una entrevista concedida a la web de la UPM el papel de estos en la enseñanza y el desarrollo cognitivo: «Favorecen el desarrollo cerebral y son una herramiena de aprendizaje».
Diseñar videojuegos no solo era la gran afición de David Carvajal, sino que también se ha convertido en su profesión. La aplicación de este software a la enseñanza fue el eje de la conferencia ¿Pueden Super Mario y Tetris sustituir a los libros de texto? que impartió recientemente en la Escuela de Ingeniería de Sistemas Informáticos y que plasma también todo aquello a lo que trata de dar respuesta en su tesis doctoral.
“En los últimos años se están llevando a cabo en todo el mundo numerosos estudios al respecto y, al parecer, los resultados son favorables”, explica. «Lo que podemos deducir de ellos es que, definitivamente, el concepto de “juego serio” (o educativo) no se cierra en exclusiva a aquellos diseñados con base pedagógica. Realmente cualquier videojuego, incluso los comerciales, puede emplearse con fines docentes».
«Según concluyen esos estudios», señala, «los videojuegos no solo favorecen el desarrollo cognitivo del cerebro, sino que además resultan una muy efectiva herramienta de aprendizaje por su alto grado de motivación e interacción directa con los conceptos a impartir».
Sobre la controversia en torno a los videojuegos, Carvajal opina que «todo depende tanto del uso que se haga de ellos, más o menos moderado, como del contenido o incluso de la propia persona. Si alguien lee a Shakespeare o a Edgar Allan Poe nadie diría que eso a priori es perjudicial. En cambio, si esa persona no lee ni apenas hace otra cosa en su vida, si empieza a obsesionarse con sus obras, sus tramas, sus personajes o el drama que entrañan, para ciertas personas mentalmente inestables podría ser fatal».
«En cambio»,sigue, «en su justa dosis y controlando el tiempo que se le dedique, jugando a aquellos títulos que aporten valores, que hagan pensar, que desarrollen al sujeto, un videojuego puede conseguir lo mismo que cualquier película o libro, aportando además un factor de inmersión que es lo que los hace únicos y les aporta esa ventaja que otros formatos no tienen».
Investigación
En su investigación, Carvajal se centra en la etapa post-adolescente, concretamente en estudiantes universitarios de carreras STEM (científicas y tecnológicas) y en cómo los videojuegos pueden ayudarles en su educación superior y su futuro profesional. Sin embargo, también analiza estudios realizados con sujetos de todas las edades y los resultados son «muy significativos: los videojuegos ayudan enormemente a desarrollar habilidades cognitivas especialmente en la niñez, del mismo modo que lo hacen otros juegos infantiles o incluso más».
«En adolescentes y adultos jóvenes», sigue, «potencian la curiosidad por aprender, favorecen determinadas habilidades (tanto sociales y de desarrollo personal como de razonamiento o resolución de problemas), permiten el desarrollo de distintas áreas transversales del currículum y refuerzan la autoestima. En adultos de avanzada edad e incluso ancianos, ayudan a retrasar el deterioro de la visión, la memoria o la capacidad de atención.
«Además, en otras iniciativas de aplicación de videojuegos con personas que presentan algún trastorno psicológico, o como terapia del dolor en enfermos terminales, e incluso en personas con discapacidades mentales, se están alcanzando resultados bastante positivos».
Sobre cómo ha influido su formación en su carrera, Carvajal señala que desde el principio tuvo claro que se dedicaría a los videojuegos, y por eso «la mayoría de las asignaturas optativas que escogía iban enfocadas al desarrollo de videojuegos por encima de otro tipo de software». Lo mismo pasó con el Trabajo Fin de Carrera, en el que se embarcó en la implementación digital de un juego de mesa muy conocido de los noventa (HeroQuest).
Consejos
¿Qué consejo daría a quiénes quieran dedicarse a la industria del videojuego? «En primer lugar, que sean conscientes de algo muy importante: que hay sitio y pastel para todos, que no es una moda ni “una cosa de frikis”. Que realmente es una industria seria y reconocida que no para de crecer tanto económicamente como en otros campos de aplicación o influencia social».
En segundo lugar, «les diría que un videojuego tiene muchas partes: diseño, arte y programación son las más conocidas, creativas y técnicas, pero también existe la parte de producción, marketing, gestión de la comunidad y redes, publicidad, testeo, localización, etc. Cada uno debe ser consciente, de todas estas, cuál le gusta más o en cuál se ve que encaja mejor. Es la decisión más importante. Lo demás viene solo. Muchos profesionales de otras áreas están redirigiendo su enfoque profesional a los videojuegos, por algo será».
En tercer y último lugar, «que sepan ver también que a nivel profesional es un mundo realmente apasionante, pero que no deja de ser eso, un trabajo. Dedicarte a los videojuegos no es lo mismo que jugarlos, aunque es cierto que cuanto más trabajas con ellos, más te gustan, los aprecias y divierten. Yo aquí siempre digo la gran cita de Confucio de que “trabaja en lo que te gusta y nunca tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Es más, llega un día en el que te das cuenta de que dedicas más tiempo a hacerlos que a jugarlos. Es algo que decimos todos los que estamos dentro del mundillo».