Un grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza trabaja en tecnología programable, desarrollando procesadores a medida con el objetivo de dar respuesta a problemas difíciles de calcular y hacerlo con el menor consumo energético posible. Su trabajo ha sido premiado en un congreso internacional de diseño de hardware celebrado en Shangai (China).
Se trata de chips de ordenador a medida que pueden ser varias veces más rápidos que un ordenador de altas prestaciones y tener un consumo entre 100 y 1.000 veces menor.
“Construyes un procesador para un problema dado, está hecho a medida y así consigues que resuelva eficientemente las situaciones que se plantean”, destaca Javier Resano, investigador del Grupo de Arquitectura de Computadores del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), en la nota de prensa de la universidad.
El futuro de la tecnología programable tiene su campo de aplicación en cualquier sector en el que se quiera ser eficiente porque con ella se logra calcular muy rápido y consumiendo muy poco, con lo que también se da respuesta al elevado consumo de energía de los servidores informáticos.
Los móviles y tabletas son áreas de aplicación de esta tecnología, ya que se les dota de la capacidad suficiente para ejecutar tareas complejas, pero también existe una línea de trabajo muy activa para los satélites. “Tanto la NASA como la ESA tienen proyectos en este sentido, ya que con la tecnología programable se puede procesar la información en el propio satélite en lugar de hacerlo en la base”, explica Resano.
Además, destaca la funcionalidad de los procesadores a medida dado que se pueden programar tantas veces como sea necesario, “tienen tolerancia a los errores y existe la posibilidad de reprogramar cuando se produce un fallo y continuar utilizándolos; esto es importante en el caso de los satélites”.
La labor investigadora de este equipo de la Universidad de Zaragoza se ha visto reconocida con el primer premio del concurso internacional de diseño hardware ICFPT ’14 Design Competition, celebrado en Shangai (China) en diciembre. Allí participaron catorce equipos de distintas universidades y centros de investigación, enfrentándose a la resolución de un juego cuyo árbitro es un ordenador y con un tiempo de acción limitado a un segundo por movimiento.
El equipo ganador estaba formado por Alberto Delmás, estudiante del grado de Ingeniería Informática, Javier Olivito, estudiante de doctorado, y Resano, profesor del Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas.