El inventor germano-estadounidense Ralph Baer, considerado el padre de los videojuegos, murió el sábado a los 92 años en su casa de New Hampshire (EE.UU.). Baer es conocido por dirigir el desarrollo de Brown Box en 1968, el prototipo de la primera videoconsola de sobremesa.
Baer paseó su modelo por todos los grandes fabricantes de televisores de la época hasta que uno se atrevió a lanzar su idea, y se convirtió en la Magnavox Odyssey, la primera consola que permitía jugar en una pantalla de televisión.
Baer (1922) creó también la primera pistola de luz para uso doméstico, que fue a su vez el primer periférico de una videoconsola. Otro invento suyo es Simon, un juego electrónico basado en el Simón dice. En total patentó 150 inventos.
De origen judío, Baer huyó de la Alemania nazi a Estados Unidos. Empezó a investigar con videojuegos pese a estar al frente de 500 personas en una empresa de electrónica militar: Sacó los videojuegos de los costosos ordenadores militares para instalarlos en pantallas de televisión accesibles al público general.
Baer dejó la industria del ocio electrónico antes de que llegara a despegar y en 1987 se jubiló, sin intuir que años después todo el mundo usaría su invención, como reconoció en una entrevista de ABC realizada en 2006.