Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Informática

RevenueCat, la app con alma sevillana que triunfa en Silicon Valley

Miguel Carranza, CEO de RevenueCat (foto El Mundo)
Miguel Carranza estudió Ingeniería Informática en Sevilla

A Miguel Carranza su primer ordenador se lo regaló su abuelo por su primera comunión y desde que lo encendió tuvo claro a lo que quería dedicarse el resto de su vida. Es una vocación que ha terminado por instalarlo en el epicentro de Silicon Valley como fundador de una start-up, RevenueCat, que está convirtiéndose rápidamente en un nombre muy conocido para desarrolladores de apps de todo el mundo.

La idea es hasta cierto punto sencilla. En un mundo en el que cada vez más aplicaciones pasan a funcionar con modelos de suscripción, RevenueCat permite a los desarrolladores gestionar esas suscripciones tanto en dispositivos iOS como Android y llevar un control exhaustivo para poder analizar donde provienen los usuarios y cómo hacer crecer su negocio.

La compañía cerró en otoño del año pasado su primera ronda de financiación de 1,5 millones de dólares y más de 1.000 aplicaciones utilizan ya la tecnología. En total, RevenueCat gestiona ya al año más de 100 millones de dólares en suscripciones para sus clientes.

Llegar hasta aquí no fue sencillo. «Estudié Ingeniería Informática en Sevilla y el sueño de Silicon Valley se veía cada vez más complicado. No es fácil mudarse al otro lado del mundo y poder trabajar en EEUU sin contactos, sin visado de trabajo, etc.», explica Carranza.

La oportunidad le llegó como parte del programa Jóvenes con Futuro de StepOne, que ofrecía a jóvenes españoles la posibilidad de realizar prácticas en empresas de Silicon Valley.

«Me entrevisté con una pequeña startup llamada MindSnacks, que hacía juegos educativos para aprender idiomas en iOS. La decisión en ese punto no fue exactamente fácil, tenía que dejar a mi pareja, familia, amigos… pero era lo que siempre había querido. No quería arrepentirme el resto de mi vida del «que hubiera pasado si…», recuerda.

MindSnacks le ofreció trabajo a tiempo completo y le tramitó el visado de trabajo. Los 6 meses para los que había ido se convirtieron en 5 años y medio. Empezó como becario y acabó dirigiendo el equipo de ingeniería, supervisando una app educativa, Elevate, que fue reconocida por Apple como mejor aplicación móvil del año 2014.

Fue esa app la que le permitió dar con la idea de su actual empresa. «En Elevate dedicamos una cantidad de recursos y tiempo de ingeniería inmensa en gestionar las subscripciones de las distintas plataformas (Apple, Google, Web…). Era un problema aburrido, y la mayoría de los ingenieros no estaban interesados en resolverlo, ya que no era una parte diferencial de nuestro producto. Lo intentamos subcontratar varias veces, pero no existía ninguna solución en el mercado», explica.

Su socio Jacob Eiting, que había dejado Elevate antes que él con la intención de montar una empresa, le sugirió montar ese servicio. Todas las aplicaciones serias tenían que resolver ese problema y nadie lo había hecho a escala aún. Todo encajaba.

Se apuntaron a Y-Combinator, una conocida aceleradora de Silicon Valley que ayuda a start-ups a dar sus rimeros pasos (cuna de empresas como Airbnb, Twitch o Dropbox), y fueron seleccionados para el programa. «En ese momento dejé mi trabajo en Elevate, me dediqué a RevenueCat a tiempo completo. Pasamos por el programa de Y-Combiantor en verano de 2018. En septiembre de 2018 fue cuando empezamos a contratar a los primeros empleados«.

La empresa es totalmente remota y de hecho los primeros dos ingenieros de la compañía son españoles. Carranza reconoce que en Silicon Valley hay una enorme concentración de talento. No sólo por los americanos, sino precisamente porque es un hub tecnológico en el que acaban los mejores de todas partes de EEUU y del mundo, pero la tendencia la tendencia es que poco a poco la frontera fronteras vaya desapareciendo, en parte por lo mucho que se han complicado los procesos de inmigración en EE.UU. en los últimos años.

«En España tenemos la gran ventaja competitiva de que no es necesario endeudarse para tener una educación de calidad. Y hay talento de sobra. Pero muchas veces nos centramos demasiado en el mercado español, y esta falta de ambición hace que no se optimice el talento. El estado de California por sí sólo tiene casi el mismo número de habitantes que España. Necesitamos más ejemplos de start-ups globales españolas que sirvan de motivación y no nos limitemos al mercado local.», dice Carranza.

Aún así reconoce que hay ventajas muy claras para un start-up en Silicon Valley. «No quiere decir que no hubiéramos podido montar RevenueCat en España, de hecho creo que hubiese sido totalmente posible. Pero en general, es más fácil conseguir los primeros clientes estando aquí (de algún modo, da credibilidad), y hay mucho más capital. Aunque está cambiando en España, la gran diferencia es que aquí muchos inversores han sido fundadores de start-ups tecnológicas antes, y aportan otro tipo de valor diferente al del inversor tradicional», explica.

Vivir en California, por supuesto, también tiene sus dificultades. «Siempre me he sentido más cercano a la cultura Californiana que a la de Sevilla. Siempre me ha gustado el estilo de vida de aquí, la música de aquí, la playa, el surf…» confiesa Carranza. «Pero cuando llevas suficiente tiempo aquí y pasa la fase del enamoramiento inicial, te das cuenta de que hay muchas cosas que echas de menos.

Obviamente la familia y amigos es el punto principal pero la forma de vivir en Sevilla es diferente. Es más simple, relajada y tranquila. Las relaciones personales son mucho más fuertes. Es un buen sitio para desconectar de la burbuja de San Francisco, y volver a darse cuenta de las cosas realmente importantes. Y a pesar de ser un gran fan de pizzas y hamburguesas, por supuesto, también se echa de menos la comida».

Para los españoles que sueñan con un futuro en Silicon Valley, como hizo él, ofrece un consejo: «Si eres un recién graduado, yo intentaría trabajar para una empresa americana que permita trabajo remoto, o tengo oficinas en Europa. O si tienes los recursos económicos, estudiar un posgrado en EEUU. Son las maneras más fáciles de empezar a construir una red de contactos, y conocer la forma de trabajar americana», señala. «Después puedes decidir si finalmente quites dar el salto, habiendo minimizado el riesgo».

Fuente: El Mundo