Sobre algo, no sabía qué, tenía que hacer el trabajo de fin de grado en la facultad de Informática de Elviña de la UDC y después de darle una vuelta y no encontrar ese algo inspirador, decidió mirar la lista de temas propuesta por el centro y elegir uno. «Me pareció que podía ser útil», dice el joven coruñés.
Al cabo de unos meses el ya ingeniero informático Jacobo Fiaño Salinas se hacía con el V Premio al Mejor TFG Aplicado de la facultad tras desarrollar una aplicación que ayuda a los médicos del Chuac a seleccionar al receptor más adecuado para un trasplante de riñón.
La informática y la salud, una de las alianzas científicas más prometedoras y con más financiación en las convocatorias, se unieron en un proyecto que no llegó a ejecutarse en el hospital pero que sirvió a su autor para palpar la utilidad social de su profesión y, de paso, derribar algún que otro mito.
Fuente: La Voz de Galicia