Diego Molero es estudiante de Máster de ingeniería Informática y ha desarrollado un sistema pionero basado en realidad mixta y gamificación para enseñar conceptos teóricos y prácticos de música y piano desde un nivel básico. Hole Music XP está en fase de comercialización.
Diego Molero Marín sabe de la complejidad de estudiar solfeo, de aprender a dar el valor a los signos musicales de una partitura. Es músico, toca el trombón y fue alumno del Conservatorio de Ciudad Real. También es informático y ha aunado sus dos pasiones para desarrollar a sus 23 años un sistema pionero ‘made in’ Ciudad Real basado en realidad mixta y gamificación a través del que se enseñan conceptos teóricos y prácticos para aprender música y tocar el piano.
Sabiendo lo que sabe, su objetivo es facilitar el aprendizaje desde el nivel más básico. «No buscamos sustituir los métodos tradicionales, sino complementarlos para mejorar la experiencia de aprendizaje y ayudar al alumno en las primeras etapas, de tal forma que el estudiante se motive para seguir avanzando».
En una sala de la Escuela Superior de Informática del Campus de Ciudad Real, donde estudia desde hace seis meses el máster de Ingeniería Informática, Molero Marín realiza una demostración del funcionamiento de la aplicación con las dos herramientas necesarias: un piano y las gafas de realidad aumentada Microsoft Hololens, dispositivo para el que se ha desarrollado la aplicación Hole Music Experience. Una vez colocadas las gafas, se reconoce el piano y se van desplegando ante nuestros ojos unos hologramas. La metodología para enseñar es a través de unas esferas que se sitúan encima de las teclas, que representan las notas y la información que debería estar en una partitura convencional. «A través de esta aplicación se elimina el miedo en la parte inicial, en la que el 75% del aprendizaje debería ser materia teórica. Con la aplicación al no necesitar saber partituras porque es más intuitiva, el alumno puede tocar el piano sin necesidad de tener ese conocimiento y motivarle para continuar».
comercialización. Este proyecto, que Diego Molero comenzó como Trabajo Fin de Grado y fue calificado con Matrícula de Honor y galardonado con el premio al mejor TFG 2017/2018 por la cátedra Indra, ha encajado en la spin off FK Interactive de la UCLM, de la que el profesor titular de la Escuela Superior de Informática, Carlos González Morcillo, es CEO, además de miembro del Grupo de Investigación AIR. «El proyecto está ya en fase de explotación, en una etapa de comercialización y lo que habría que hacer es incorporarle niveles, según las necesidades de cada cliente. Está comprobado que el prototipo funciona, que es divertido, que a la gente le gusta y ha sido validado por alumnos de la Escuela de Música de Miguelturra con buena acogida. Ahora hay que buscar centros, entidades o escuelas interesadas en adquirir este sistema», explica Carlos González, quien añade que al ser las gafas un dispositivo caro lo aconsejable es que sea de uso compartido.
El integrante de la spin off destaca como principal ventaja de este sistema que se trabaja sobre un instrumento real, no es un simulador ni un videojuego. «Es inteligencia ampliada, una capa de información extra».
«Me gusta innovar y quería conocer una tecnología nueva y aplicarla a la música, como yo he estudiado grado profesional sé que a través de una motivación extra se puede lograr que algunos alumnos, que a lo mejor estén un poco estancados con la teoría, se diviertan y no abandonen». Es informática para piano y no porque sí. Diego Molero defiende que es el instrumento por excelencia, que no requiere de una técnica previa tan amplia como los de viento, por ejemplo; es muy fácil de conectar a otros sistemas informáticos y porque su aprendizaje es obligatorio para todo músico. «El piano es la base de la armonía».