Ante la escasez de material sanitario para hacer frente al coronavirus, se cuentan por miles los ciudadanos que están intentando aportar su granito de arena en la protección y el apoyo a los que luchan contra el virus. Lo hacen de forma altruista, con ingenio y tecnología avanzada que, por suerte, ya está al alcance de muchos españoles.
Uno de los equipos que claman los sanitarios son los de protección, tales como pantallas protectoras o mascarillas. Y es que, según informó este lunes Fernando Simón, coordinador del Centro de Emergencias y Alertas Sanitarias, casi 4.000 profesionales del área de salud se han contagiado de coronavirus, el 12% del total de infectados en España.
Para evitar que el contagio de sanitarios siga ocurriendo, muchos ciudadanos están cosiendo e imprimiendo equipos de protección. Es el caso de Carlos Barrachina, un voluntario que lleva desde este domingo haciendo viseras con su impresora 3D para soportar las pantallas protectoras que usan los sanitarios. Lo hace en coordinación con el grupo de Coronavirus Makers de su ciudad, Guadalajara, de al menos 100 personas. «Todos estamos colaborando un poquito, hay que proteger a las personas que están cuidando de nosotros», señala. Lo que Barrachina, de 55 años, está fabricando es la estructura de plástico, que espera poder entregar a Sanidad este martes junto con las pantallas transparentes que ya ha pedido por Internet.
En Aragón, las necesidades y la demanda no distan mucho de las del resto de España, cuyos sanitarios piden constantemente protección. Allí, Jessica Redrado, ingeniera informática de 29 años, colabora como otros 660 aragoneses para hacer todas las viseras que sea posible. «No hemos tenido que gastar dinero, ya que estamos trabajando gracias a que varias empresas han hecho donaciones de material. Todo el mundo quiere colaborar. Es tremendo», reconoce. Algo parecido está haciendo Julio Estefanía, un ingeniero industrial jubilado de 68 años. En Vizcaya, provincia en la que reside, lo que por ahora se necesitan son viseras protectoras. No obstante, también ha probado a imprimir válvulas venturi -una pieza clave en los respiradores- «del mismo tipo que se están imprimiendo en Italia, donde se ha comprobado que funcionan», asegura.
A la iniciativa, además, se han sumado centros educativos como la Universidad Jaume I de Castellón o el Colegio Santísima Trinidad Plasencia, en Cáceres. Ambos han puesto a disposición de las autoridades equipos de impresión 3D. Son gestos con los que, sin duda, recordarán que ayudaron a avanzar en la batalla contra el coronavirus.
Fuente: ABC