José María Gil, alicantino de 38 años, es prácticamente ciego y oye con dificultades. Sufre una pérdida auditiva del 50%, que le dificulta entender a la primera lo que le dicen. Aun así, José María sacó una carrera (Ingeniería Informática), un máster y un título de especialista en desarrollo de aplicaciones móviles. Hoy es responsable de la Unidad de Accesibilidad Digital de la Universidad de Alicante, desde donde diseña apps para que los estudiantes con discapacidad lo tengan, según dice, «más fácil que yo». Sus colegas técnicos de otras instituciones académicas, reunidas en Oviedo en un encuentro nacional, le consideran un ‘supermán’.
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