El Museo de la Ciencia de Valladolid acoge hasta al 26 de junio de 2016 la muestra de producción propia Érase una vez… la informática. Del ábaco a la smart city en viñetas y más, que explora los orígenes y la historia de la informática.
Esta exposición, dirigida al público general, ha sido comisariada por Francisco Arnanz, director de la empresa Bitlan Asesores Informáticos, e Inés Rodríguez Hidalgo, directora del Museo. La propuesta combina rigor científico y humor, gracias a las viñetas creadas para la ocasión por el artista Jorge Crespo Cano.
La exposición, informa en una nota el Museo, ha contado con la financiación parcial de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECyT), del Ministerio de Economía y Competitividad.
La muestra contiene más de 200 valiosas piezas, procedentes de la colección de Arnanz. Entre ellas, el visitante podrá descubrir el libro original de la Teoría Matemática de la Comunicación de Shannon & Warren Weaver (1949) y descubrir la calculadora Madas (1913), una máquina procedente del aritmómetro de Colmar que permitió realizar, por primera vez, divisiones de forma automática.
Asimismo, la colección recoge piezas pioneras en su campo, como el primer portátil (1981), con un peso de 12 kg, y el primer microprocesador modelo Intel D4004 (1971); las reglas de cálculo más grande y más pequeña de la historia; una comparativa de discos duros de todos los tamaños; una amplia representación de las primeras videoconsolas; y un largo etcétera.
Por otro lado, la exposición cuenta con objetos únicos, como el supercomputador Cray 1-S/2000, una máquina puesta en funcionamiento por la empresa CASA en 1988, cuya velocidad superó en cien veces a la de cualquier ordenador de la época. Un superordenador mítico, del que en la actualidad hay apenas 20 unidades expuestas en todo el mundo.
Enigma
Los visitantes también descubrirán una máquina Enigma, cedida por el Museo de la Academia de Caballería, que se utilizó durante la Guerra Civil española para el cifrado de mensajes; así como una selección de instrumentos informáticos del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.
La exposición se completa con diferentes espacios de experimentación y juego. Así, antes de entrar en la sala, la muestra invita al público a seguir un camino en el suelo que, en realidad, supone un curioso desafío. Una vez dentro, los visitantes podrán manejar un ábaco, una regla de cálculo y una calculadora mecánica, convertirse en programadores de los años 80, descifrar un mensaje encriptado gracias a un juego de rotores que simula una máquina Enigma, y disfrutar de algunos de los videojuegos más populares de todos los tiempos.