«Parece mentira que profesiones STEM, con tasas de empleo cercanas al 100%, no generen más interés». Así lo lamenta Silvia Rueda, directora territorial de la Conselleria de Innovación, quien señala la necesidad de hacer «más feminista la innovación» y resaltar la vertiente social y de cuidados en la que también se ve involucrada la tecnología, aunque no de manera tan perceptible.
Rueda es Ingeniera en Informática y doctora en Ingeniería Informática por la Universitat de València (UV). Hasta hace escasos meses era directora del departamento de Informàtica de la ETSE-UV, responsable STEM UV y coordinadora del proyecto Girls4STEM, un proyecto dirigido al fomento de las vocaciones en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, muy especialmente entre las chicas, a través de la organización de actividades de divulgación.
– ¿ Cómo se ha dado el paso de cambiar más de una década en la universidad por la Conselleria de Innovación?
– Me llamó la consellera y me propuso venir a la dirección territorial. Buscaban un perfil de alguien que fuera de la Universidad de Valencia y preferían que fuera mujer. Entonces, encajé en en lo que estaban buscando y me lo propusieron y además dije que sí, con lo cual fue todo un poco sensación de vértigo, porque el cambio respecto a la universidad es importante, pero con mucha ilusión.
-¿En qué consiste exactamente el puesto de la dirección territorial?
– La conselleria, con el último cambio, intentó descentralizar y que no todo estuviera en la provincia de Valencia. Entonces, la Conselleria de Innovación pasó a Alicante. El hecho de que la Conselleria esté allí no deja de dar servicio a las tres provincias pero faltaba un poco ese apoyo. Entonces, el papel de la dirección territorial es precisamente ser esa representación de la consellera en la provincia.Un nexo con la ciudadanía y con las universidades. De aquí el tener un vínculo más cercano y poder hacer de oídos y de interlocutora con con el resto de direcciones generales y secretarías autonómicas.
– Cuando llega al puesto, ¿ve necesario movilizar cuestiones clave?
– Hay un montón de iniciativas en marcha y todavía estoy en proceso de poder conocerlas todas. Pero mi objetivo es aportar una visión más social y de género, una visión feminista a todo lo que es la innovación y el mundo de la ciencia, de la universidad y de la teoría de la transformación digital.
– ¿Cómo ha sido el avance en los últimos años de las mujeres en las carreras STEM?
– El problema de las áreas STEM y de todas las profesiones en estas áreas, es que falta gente en general. Parece mentira que profesiones que apenas tienen paro porque la tasa de empleo es superior al 90%, muy cercana al 100%, no generen más interés. Entonces, pues nos encontramos que falta gente para puestos de trabajo y sobre todo como decías, faltan mujeres. Y bueno, se está trabajando mucho en este aspecto, tanto para para dar a conocer realmente qué es lo que puede aportar alguien cuando se dedica a la ciencia, la ingeniería, la tecnología.
Parece que son puestos como muy abstractos, como que no hay una relación directa con un beneficio social y en realidad es todo lo contrario. Yo creo que una de las cosas que nos ha enseñado la pandemia es que la ciencia y la tecnología es lo que nos ha hecho posible seguir conectados y conectadas a todos. Entonces, necesitamos que la sociedad y que las familias perciban esto y cambiar un poco la percepción tanto de los chicos, pero sobre todo de las chicas, que tienen de de estas áreas. Hace falta visibilizar referentes. En colaboración con las universidades, tanto la Universidad Politécnica como la Universitat de València, tiene planes e iniciativas para para el fomento de las STEM, pero queda mucho por hacer todavía.
– ¿Es clave recalcar esa vertiente social para que las mujeres se interesen más por los estudios y profesiones tecnológicas?
– Pues hay que actuar en muchos niveles, porque el problema es que nos socializan y nos educan de manera diferente a las niñas de los niños. A nosotras nos ponen enseguida una muñeca en las manos, te vas a la sección de ropa de bebé y ya ves que incluso en los bodies, los mensajes que se le dan a las niñas y a los niños son son diferentes. Hay un estudio de Science que dice que a partir de los seis años es cuando empiezan a verse las las diferencias. Las niñas se ven menos capaces y en general la sociedad asocia todo lo que tiene que ver con tecnología y con matemáticas, con cosas difíciles.
Ellas no se sienten muy inteligentes, porque el mensaje a las niñas es que son muy estudiosas, pero los inteligentes son ellos. Entonces, al final ese mensaje cala y entonces a las niñas les cuesta más decidirse por por esto. Hay que actuar desde bien pequeños y bien pequeñas y en muy diversos ámbitos, porque hay que revisar los mensajes que les transmitimos. Es muy complejo, porque la publicidad en las series que se ven en televisión refuerzan una serie de estereotipos que hacen que se alejen más.
– ¿Hay todavía estereotipos?
-Esa imagen de de los cuidados persiste mucho más en ellas, persiste en nosotras a lo largo de toda nuestra vida. Y la parte de ingeniería, de tecnología, de ciencia no se percibe que tiene un impacto social tan importante. Tiene el estereotipo del típico informático encerrado delante del ordenador. Entonces, yo creo que es importante, pues por un lado, romper con esa visión de que los cuidados son de de las mujeres, sino la corresponsabilidad. Poner los cuidados en el centro y valorarlos y hacer ver que también se puede cuidar desde desde la tecnología. Y ahí es muy importante tanto que conozcan qué pueden hacer cuando estudian una carrera de este tipo.
Artículo de Estefanía Pastor. Accede a la entrevista completa en la web de Valencia Plaza